20060610

Depresión

Saliendo un poco de la maldita depresión, después de cuatro o seis cigarros, (la verdad es que no recuerdo cuántos fueron, aunque no tantos, pues procuro compralos sueltos), unos cuantos tragos de tequila, y cinco o seis cuartillas más para mi novela y, lo que es mejor, un cuento nuevo. Así es, hace tiempo que no escribía un cuento. Nada nuevo, aunque hace unas semanas terminé uno infantil, cuya idea había dado vueltas en mi cabeza durante muchos meses. Ahora es justo que le dedique unas cuantas líneas a mi blog, el cual, cuando lo tengo descuidado, es porque estoy siendo presa del maldito título de esta entrada. Y no es que la presuma, la neta no le deseo a nadie estar bajo los efectos de dicho "sentimiento".

Muchos presumen de ser suicidas; no saben lo que dicen. No es que haya intentado atentar en contra de mi humanidad, pero ahora sé, como otras tantas veces, qué es lo que lleva a tantos a tomar una decisión de ese tipo.

Otro tema para un cuento; aunque no pareciera, ya escribí al respecto un cuento llamado La Condena. La protagonista es una mujer que termina con su vida. Lo demás lo podrán leer en alguna otra ocasión.

Una de las tantas cosas que hice mientras me duró la depre, fue fumar. ¿No es ese un suicidio lento? Es atentar en contra de uno mismo. Dicen que es placentero. La verdad es que no sé a qué se refieren con ello. No sé ni siquiera por qué lo hago. Quizá por imitación o por reflejo, o para darle redondez al estereotipo del escritor. Claro que todo en exceso es malo, así que que tengo en mi defensa el no haberlo hecho tan a menudo y, mejor aún, haberme resistido a comprar una cajetilla entera. El día que lo haga, habré definitivamente sucumbido.

Es difícil salir de ella. Arrebatarte a ti mismo de ella. Es más, nunca la podrás dejar. Pasa a ser la más fiel de tus compañeras. Lo mejor es aprender a vivir con ella. En el baño, en la regadera, durante el sexo, en mi caso, en mis fotos y en lo que escribo. Se vuelve una parte de ti. Llega el momento en que la extrañas. Muchos hablan de la nostalgia en mis fotos, así que no deben estar equivocados. No es lo mismo la nostalgia que la depresión, pero se añora lo que no se tiene, y sobre todo lo que se pudo haber tenido y no se supo luchar por ello. De ahí que las asocie. Y la depresión viene de la mano con la frustración. Así es como me siento. Frustrado y confundido. Pero, bueno. Ya habrá tiempo para lo que viene, sea a corto o a largo plazo.

De cualquier forma, debo estarle agradecido; sin ella no creo haber podido escribir jamás. De hecho cuando más lo hago es bajo sus influjos. Entonces, ¿de qué me quejo? Pese a ello, no es fácil vivir así. Bueno, para mí no lo es.