20061008

Goodfellas

Pocas son las películas que realmente me gustan, y que sería capaz de verlas una y otra vez. Una de ellas, Goodfellas. genialmente dirigida por Martin Scorsese, basada en la novela de Nicholas Pileggi, con quien escribió Scrosese el guión, llamada "Wiseguy". El libro, a su vez, está basado en la vida de Henry Hills, un exmafioso quien terminó siendo parte del programa de testigos protegidos del gobierno de los Estados Unidos, y quien pasó a ser una de las piezas fundamentales para el armado del filme.

Inicialmente ambientada en la decada de los cincuentas, lo que de entrada la hace una película cara, una gran producción. Filmada con los adelantos tecnológicos que había para cada una de las décadas en las que se vivió la historia.

Usando el recurso de la narración en off, antiquísimo, pero tan bien llevado por el director, que jamás nos es molesto.

Una de las mejores secuencias, es la filmada con ayuda del steadicam, y que es cuando Henry llega, en compañía de Karen, al Copacabana. Ni un solo corte. Justo cuando él se empieza a revelar delante de ella, haciendo gala de un gran desembolso, solamante en propinas. El hombre que le cuidará su auto; el empleado que los recibe en la puerta de servicio, y al cual le hace también una generosa recompensa, ya que, gracias a él, se olvidan de la molesta fila; pasando por la cocina, en la cual se ve la intensa actividad de un bar como ése, hasta finalmente llegar a las mesas, donde el encargado los recibe de muy buen agrado, ordenando una mesa al frente, mostrando también la molestia de los que para entonces estaban en primera fila. Finalmente, Henry saluda a sus colegas, quienes, no podía ser de otra manera, también están en lugares privilegiados. A partir de entonces Karen no será la misma, pues la secuencia no es sino la metáfora de la entrada de ella al mundo de quien más adelante se habrá de convertir en su esposo, con las consecuencias que conlleva ser desposada por un gángster.

Claro está que la película no es grandiosa únicamente por esta secuencia. Lo es por el rompimiento de todas las reglas habidas y por haber, a la hora de hacer cine. Muestra de que Scorsese es conocedor de todas ellas.

Filme que no se centra sólo en las grandes riquezas que pueden llegar a tener individuos como Henry, sino en todos los obstáculos que tienen que librar para conseguirlas.

Violenta, explícita, nada mejor que Goodfellas. Mujeres, drogas y sus consecuencias, no podía faltar en una película com ésta. Basta ver con atención la parte final de la película, en la cual la paranoia de Henry, hasta las manitas de cocaína, enialmente representada con el manejo de las cámaras. Indudablemente Ray Liotta juega un papale importantísimo, al igual que los maquillistas. Quien alguna vez haya estado bajo los influjos de la droga, sabrá entender a la perfección esa parte del filme.

Finalmente, Henry Hil, habla a cámara. Si hay algo que es realmente difícil de llevar a buen puerto, sin caer en la comedia, no por eso menos buena, y sin hechar a perder lo antes logrado, es cuando un actor habla directamente con la cámara.

Acompañado también de uno de los más reconocidos cinefotógrafos Michael Ballhaus, sin el cual no se habrían podido crear tan a la perfección todas las atmósferas requeridas en esta película.

En fin, se trata de Scorsese. No se hable más.


Goodfellas. 1990 WB.

1 Comments:

Blogger Sola en el universo said...

No me equivoco cuando digo que yo voy a ver cine sólo por verlo, en la total ingnorancia. Jamás me notaría esos detalles, pero supongo que para alguien que estudia cine, pues son básicos.

Tampoco suelo ver más de una vez una película

7:29 p.m.  

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